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miércoles, 1 de abril de 2015

Terminar con la depresión.


La felicidad es algo propio de todos los seres vivos, incluso de las plantas. Es una obligación y a la vez un derecho inalienable. Puesto que no le podemos pedir a nadie que sea feliz por nosotros y nadie nos puede hacer feliz con su forma de ser. Al menos no de una manera coherente, porque cuando por cualquier circunstancia de la vida esa persona u objeto que supuestamente nos hace feliz no esté o desaparezca. Y no me refiero exclusivamente a la muerte sino a los cientos de miles de motivos y circunstancias que podrían ser. Nos tocará seguir viviendo y no tanto preguntarnos qué será de nosotros sin esa persona o ese objeto, pudiendo ser ambas, cualquier cosa, por lo caprichoso de la naturaleza de los seres humanos.

La tristeza es algo propio de todos los seres vivos también, incluso de las plantas. Es una obligación y un derecho inalienable. Hablo de la tristeza puntual, por un suceso específico al que se se le debe guardar cierto duelo o luto como podría ser la muerte de un ser querido, haber fracasado en algún proyecto o algo tan delicado como puede ser ocasiones el terminar con una relación. No hablo de la tristeza maligna, esa que te impide avanzar en la vida por desearle el mal a los demás e incluso atentar en contra de tu propia  vida o en contra de la vida de los demás. Hablo de la depresión, que si observamos con detenimiento su naturaleza en sí misma, no tiene que ver con la tristeza en sí ni con la ausencia de la felicidad sino más bien con el punto hacia donde enfocamos nuestros esfuerzos o centramos nuestra atención. 

La vida no va a trozos y afortunadamente la tristeza es directamente proporcional a la felicidad, por lo que en la misma manera que te consideras infeliz te puedes considerar feliz también. Es simplemente una cuestión de actitud. Aquí va unas pautas sencillas para terminar con la depresión: 

  1. Dúchate por la mañana y canta mientras lo haces (en voz baja, no te vengas arriba a las siete de la mañana).
  2. Ponte tu camisa de la suerte y tu perfume favorito. 
  3. Mejora tu postura sacando el pecho y colocando los hombros hacia atrás.
  4. Mantén tu vista unos 10 centímetros por encima de la linea del horizonte. 
  5. Da los buenos días a diestra y siniestra siempre con una sonrisa.
  6. Para activarte pega unos saltitos y bebe un vaso de agua.
  7. Respeta tus horas de sueño y descansa.  
Haz esto por el resto de tus días y quedarás curado para siempre. 100% garantizado.